lunes, 19 de abril de 2010


3. PRESUPUESTOS EQUILIBRADOS Y PRIORIDADES SOCIALES

Texto propuesto: El gasto público (gastos corrientes e inversiones productivas) debe regirse por criterios de eficiencia –consecución de los objetivos a precios rentables- que limiten las partidas superfluas, especialmente referidas a los gastos corrientes de las Administraciones Públicas en burocracia prescindible. Con ello se podrá potenciar el papel de la inversión pública, especialmente en la coyuntura de crisis por la que atraviesa la economía española. Las inversiones públicas deben programarse siguiendo criterios de eficiencia, con efecto impulsor sobre la productividad del sector privado de la economía. Rechazamos, por ello, los programas de inversión orientados hacia la propaganda del Gobierno —como el reparto de ordenadores sin tener en cuenta el nivel de renta—; y rechazamos también que los programas presupuestarios de inversión se dirijan más a compensar los compromisos políticos del Gobierno con las minorías nacionalistas que a potenciar el crecimiento del conjunto de la economía española. Los presupuestos anuales deben tender al equilibrio de ingresos y gastos (el 11% de déficit público español en 2009 es insostenible a medio plazo), evitando la tentación del socialismo y conservadurismo intervencionistas de aumentar la deuda pública para captar votos mediante subsidios improductivos. El gasto público social es aún insuficiente y se encuentra varios puntos por debajo de la media de la OCDE, lo que se manifiesta en carencias significativas de este capítulo esencial para la equidad y la cohesión social. Debe primar la sanidad, la educación, las pensiones y las infraestructuras, orientado a diversificar nuestro sistema productivo: en caso de inflación, debe incentivarse la oferta; en caso de deflación, debe incentivarse la demanda. Por ello, han de hacerse los esfuerzos necesarios a fin de mejorar las prestaciones sociales, en especial a las personas más desfavorecidas, sin incurrir en déficit estructurales.

Justificación: Más que cambiar el modelo de economía social de libre mercado (¿Por qué otro modelo distinto podríamos cambiarlo?), en el caso español se trata de diversificarlo. El problema del plan E no es que sea sólo propaganda, pues de hecho crea empleo local, sino que es un parche coyuntural, es empleo precario, y por tanto hay que hacer reformas estructurales: el dinero no puede emplearse principalmente en sostener Cajas de Ahorros ineficientes, sino en infraestructuras para impulsar la economía productiva: industria, transportes, comercio, turismo, investigación...

4. DIVERSIFICACIÓN DEL MODELO PRODUCTIVO.

Texto propuesto: La diversificación del modelo productivo. La economía española debe perder lastres y regulaciones para ganar en agilidad y dinamismo: flexibilidad del mercado laboral, modernización de infraestructuras, investigación + desarrollo + innovación. La economía española no puede seguir centrada en pocos sectores de desigual productividad, basados en tecnologías poco rentables y en la producción de bienes y servicios para los que la competencia se establece en calidad y precios. Debe transitarse hacia una economía más competitiva y exportadora, más intensiva en el empleo del conocimiento y de la innovación tecnológica, así como en la utilización de mano de obra más productiva, para frenar los enormes déficit comerciales. Política energética para favorecer los ciclos combinados menos contaminantes; política industrial, incentivando la inversión empresarial en los nuevos sectores; política del suelo que frene la especulación inmobiliaria; política para atraer turismo de calidad; plan de infraestructuras para mejorar los transportes; impulso decidido a la investigación. También se requieren reformas estructurales que aumenten la competencia, impulsen la eficiencia y, en definitiva, configuren unas condiciones de oferta favorables a la libre iniciativa de los empresarios en cuanto a la realización de inversiones de carácter productivo. Hay que tender hacia la unidad fiscal y la moneda mundial común. La UE debe exigir el fin de los paraísos fiscales y financieros que distorsionan la eficiencia (Andorra, Suiza...) y propiciar una nueva unidad de cuenta mundial ponderada, -como referencia el éxito de la unidad de cuenta europea que precedió al euro-. Un mayor crecimiento del comercio impulsará un mayor crecimiento económico.

Justificación: Se suelen olvidar de citar los aspectos inmobiliario, financiero, fiscal y monetario, detonantes de la crisis. Para un crecimiento económico sostenible respetuoso con el medio ambiente debe ordenarse el suelo de manera no restrictiva (que encarece la construcción de viviendas), una regulación efectiva de los mercados financieros (que impida la mera especulación), una fiscalidad progresiva pero no confiscatoria –que estimule el ahorro y la inversión-, y una convergencia monetaria que facilite la igualdad de oportunidades y los intercambios comerciales.

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