lunes, 19 de abril de 2010

LA ALTERNATIVA ECONÓMICA


1. LA REALIDAD HISTÓRICA.

Texto propuesto: Ante la creciente rapidez de los cambios sociales y económicos, la crisis política e institucional de la democracia española, el creciente alejamiento entre la clase política y la ciudadanía, y la oportunidad del avance de las telecomunicaciones, promovemos un nuevo y abierto movimiento democrático. Sus impulsores somos ciudadanos que queremos ejercer nuestros derechos y libertades, por la información ponderada y el compromiso cívico, para transformar la partidocracia en una auténtica democracia –que no asamblearismo- donde los ciudadanos además de votar, elaborarán sus programas de prioridades y controlarán a través de sus representantes a los poderes públicos. Tras el fracaso histórico en la Edad Contemporánea de la derecha conservadora y la izquierda marxista, hay que superar las ideologías y tópicos de derechismo e izquierdismo, buenos y malos, para ofrecer alternativas sumando en positivo. La procedencia de sus militantes es transversal, pero el programa de actuación desde la reflexión y el contraste ha de plantear confluencia, moderación y eficacia. Propugnamos por ello un nuevo y atractivo impulso democrático: liberal en lo político, plural en lo cultural, centrado en lo económico y avanzado en lo social. Un proyecto abierto y participativo, crítico y constructivo, humanista y europeísta, donde a quien discrepa no se le invitará a irse, sino a argumentar; donde las propuestas de los participantes no se desecharán sin leerse, se valorarán; y se fomentará la participación desde la igualdad de oportunidades. Un proyecto donde lo liberal y lo social son complementarios, donde deben coincidir lo que se dice y lo que se hace, lo externo y lo interno, garantizándolo no por discursos, sino mediante normas y controles; libertad con responsabilidad.

Justificación: No se trata de repetir viejos proyectos o tópicos de partidos anquilosados o defraudantes, sino de una nueva y atractiva oferta política, no nos interesa hablar de rencillas, sino de propuestas; no nos interesa hablar de cargos, sino de tareas; no nos interesa hablar de tertulias, sino de programas.

2. ECONOMÍA SOCIAL DE LIBRE MERCADO.

Texto propuesto: La creación de riqueza y el bienestar de los ciudadanos, dentro de un nivel razonable de equidad en la distribución de los frutos del desarrollo, son los objetivos de la buena administración de un sistema económico libre y social. El gobierno y las administraciones deben evitar la tentación intervensionista y facilitar el equilibrio dinámico de la oferta y la demanda, el respeto a los derechos de propiedad y a la libertad de los agentes económicos —productores y consumidores, trabajadores y empresarios— para establecer sus transacciones. Nos basamos en una concepción de economía social de libre mercado, frente al monopolio estatal y al libertinaje financiero. La política más social no es la que más gasta, sino la que crea más riqueza; propugna, por ello, que las intervenciones del Estado sean flexibles y atiendan principalmente a la corrección de los fallos del mercado; y defiende también la necesidad de una economía sostenible, orientada a la mejora del nivel de equidad, respetuosa con el medio ambiente. Tanto el mercado como el sector público son necesarios en el Estado social y democrático de derecho que define la Constitución española. El mercado, sin circunstancias distorsionantes, tiende a asignar los recursos de manera eficiente, aunque ello no obste para que la regulación pública sea necesaria para atenuar sus desequilibrios, proveer los bienes o servicios públicos y repartir mejor la riqueza y la renta. Equidad y eficiencia no son conceptos antitéticos sino complementarios. El Estado socialmente avanzado es el que garantiza las libertades públicas, y procura igualdad de oportunidades económicas a todos sus ciudadanos, para permitir alcanzar altos niveles de eficiencia, competitividad y desarrollo.

Justificación: Definir nuestra política económica sólo como liberal puede prestarse a malentendidos, de estar a favor del mercado anárquico, liberalismo conservador y del Estado reducido a su mínima expresión. Es más amplia la fórmula “economía social de libre mercado”, generalmente aceptada, síntesis de la iniciativa privada, la socialdemocracia y, en suma, del liberalismo progresista que impulsa y combina la libertad humana y el progreso social.

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